Estas son algunas de las preguntas que te estarás planteando si tú y tu pareja lleváis tiempo anclados en una monotonía que se está volviendo asfixiante.

Falta de lo que muchas veces denominamos chispa y que tan necesaria es en nuestras relaciones. Y aunque no debemos confundir rutina con estabilidad, cierto es que la línea que las separa es muy fina y hay que saber mantenerse sobre ella para no perder el equilibrio. Y precisamente para no perder ese equilibrio necesitamos introducir de vez en cuando algunas novedades… y, cuando hablo de novedades, me refiero también a novedades sexuales, por supuesto.

Si lleváis un tiempo lidiando con esta situación, habréis notado que vuestras relaciones sexuales se han apagado y se han convertido poco a poco en una obligación más que algo divertido y pasional. Y, si estás leyendo esto es porque buscas formas de combatir ese sexo forzado y esa apatía que os caracteriza ahora.

Seguramente habrás leído ya diferentes artículos en los que hablan de la comunicación, la importancia de tener espacio individual para cada uno, etc… Y, por supuesto, todas esas claves son esenciales. Pero si lo que necesitas son tips específicos para ponerte manos a la obra… ¡estás en el sitio adecuado!

Pero como hemos visto antes, la rutina puede traducirse básicamente como la falta de novedad, por lo que ahí tienes la respuesta. Trataremos de introducir nuevos estímulos en la relación, que la reactiven y os hagan disfrutar nuevamente de ella. Estos estímulos tienen que estar tanto en el ámbito sexual como en la pareja en general, pero ahora vamos a encargarnos de buscar incentivos para reavivar la llama del sexo entre vosotros.

Seguramente ya habrás oído hablar de este concepto. Sexting es un anglicismo que une los términos sex (sexo) y texting (mensajearse), y hace referencia a la práctica que se da entre dos personas que se envían mensajes, fotografías o vídeos con contenido erótico o sexual, protagonizados por ellos mismos, a través de sus móviles. Realizando sexting de forma segura (siempre con una persona de confianza, nunca con personas desconocidas), puedes añadir un extra de picante a tu relación. ¿Cómo crees que reaccionará tu pareja cuando reciba, por sorpresa, una foto tuya sexualmente sugerente? Seguramente será un buen aliciente que os pondrá a tono.

La próxima vez que salgáis, no te pongas ropa interior y coméntaselo casualmente cuando ya estéis en la calle. También puedes optar por no decírselo y hacer que lo descubra con sus propios ojos o lo palpe por sí mismo. Pídele que extienda su mano por debajo de la mesa del bar en el que estéis…

Si tenéis un punto exhibicionista, podéis potenciarlo. Dejad las persianas subidas aun sabiendo que los vecinos pueden veros, poned una cámara en la habitación y sacad vuestro lado más creativo… de vosotros depende el límite. Una buena grabación puede ser la chispa que necesitéis el próximo día para empezar. Eso sí, ¡fuera vergüenza!

Y no me refiero a que planees el menú de comidas semanal. Si eres tan vergonzosa que ni siquiera emites sonidos durante vuestros encuentros sexuales, empieza por ahí. Cuando estés familiarizada con los “Umm”, “Oooh”, es probable que empieces a atreverte con los “Sí, sigue”, “Quiero más”, y similares. Entonces, ve a por más: “Me encantaría que me acariciaras el culo”, “Quiero que me muerdas los pezones”, “Me volvería loca que me tocases el clítoris mientras me follas” (te sorprendería la de mujeres que no se atreven a pronunciar esta sencilla frase y la de amargura que se ahorrarían de hacerlo).

Pídele que se masturbe delante de ti y fíjate en lo que le gusta y en cómo lo hace. O, date un gustazo con él como espectador y enséñale lo que prefieres.

La caEl petting no es sólo para adolescentes. Es algo así como el descubrir placenteramente la geografía corporal de tu amante satisfaciéndose en ese propio descubrir sin negar, por supuesto, el logro del orgasmo. Eso es básicamente el petting: tocarse, besarse, acariciarse por el propio placer y motivación de hacerlo sin que todo eso sirva de mera preparación para la penetración. Hacedlo con ropa, descubriréis lo erótico que puede ser el simple hecho de rozarte con tu pareja.

Para qué gastar dinero en juegos eróticos cuando lo podéis crear vosotros con vuestras fantasías. Cada uno anotará sus deseos en diferentes papelitos: “Sexo oral”, “Follar en la bañera”, “Que me des por detrás”, “Grabarnos con el móvil”, “Que seas mi ama y ser tu sumiso”… Sacáis una al azar y ese será el plan de la noche. Evidentemente, nadie está obligado a hacer algo que no desee, pero… ¿qué tal si te desinhibes?

Que ver vídeos porno juntos provocó un aumento de la libido de ambos. Algo que normalmente verías como  “sucio” puede convertirse en algo realmente excitante. Reservaos un rato esta semana para vuestro momento porno. Eso sí, ¡no vale discutir por la elección de la categoría!

Sí, esto parecerá un tópico pero créeme, funciona. Planear una cita con tintes eróticos hará que el deseo empiece a aumentar los días previos. Y si quieres añadir dificultad y morbo al asunto, practicad un ayuno sexual hasta el día de la cita: ¡nada de sexo hasta ese día! Aunque eso no quiere decir que no puedas portarte mal… ir calentando el ambiente con miradas sensuales, caricias picantes, besos subidos de tono…

Numerosos estudios asocian la liberación de adrenalina con el enamoramiento, por ello practicar deportes de riesgo, ver películas de terror, o ir juntos a un parque de atracciones son algunas de las actividades que liberarán cantidad de adrenalina en nuestro sistema nervioso y nos unirán a nuestra pareja. Pero, ¿cómo llevarnos esto al plano sexual? ¿Has pensado en asumir algún pequeño riesgo durante las prácticas sexuales? Infórmate sobre el BDSM light… para empezar, el subidón está garantizado.