Los suegros de Dana decidieron ir a pasar un fin de semana a su casa, la que compartía con su marido desde hacía 7 años. Dana había reservado mesa para el sábado por la noche en su restaurante italiano favorito. Realmente le hacía ilusión enseñar el restaurante a sus suegros, sobre todo porque muy a menudo se sentía eclipsada por su suegra, que sabía mucho de cocina. Pero mientras Dana y su marido iban a hacer unos recados, su suegra salió de compras y preparó para cenar el plato favorito de su hijo: costillar.

Cuando el matrimonio llegó a casa, los saludó el delicioso aroma de costillar al horno. Dana se puso furiosa (aunque no se sorprendió) cuando su suegra comentó que se había “olvidado” de que tenían mesa reservada para cenar. El marido de Dana se enfrentaba a un dilema: el costillar tenía muy buena pinta, y sabía que si no se lo comía podría herir los sentimientos de su madre. Lo que de verdad quería era que Dana cancelase la reserva.

Aunque los chistes de suegras son muy populares entre los hombres, la auténtica tensión familiar suele darse con más frecuencia entre suegra y nuera. Y, siento decírtelo, no es un cliché, es realidad extraída de la experiencia atendiendo a decenas de parejas enfrentadas por estas tensiones.

Las diferencias entre las opiniones, personalidades y puntos de vista entre nuera y suegra se hacen más evidente a medida que pasa el tiempo. Obvio. Si tienes la suerte (o la desgracia) de ver a tu suegra dos veces al año, difícilmente entrarás en conflicto con ella (aunque casos así también existen… si es el tuyo, ¡escríbeme!). Como has leído, una decisión sobre salir a cenar puede crear todo tipo de desacuerdos. Además, por supuesto, pueden aparecer otros de carácter más profundo sobre valores, trabajo, religión, dónde vivir, cómo vivir y hasta a quién votar.

¿Cómo lidiar con esta situación?

Es muy posible que sientas una tensión constante debido a que crees haber entrado en una batalla por el amor de tu pareja, siempre pendiente de si se posiciona en tu lado o en el de su madre ante cualquier debate.

“¿Cuál es tu auténtica familia”? Es lo que Dana le preguntaba en multitud de ocasiones a su marido.

Y la suegra de Dana posiblemente le haya planteado a su hijo la misma cuestión.

Por su parte, tu pareja posiblemente está deseando que vuestra relación mejore porque la idea de tener que escoger entre ambas le resulta ridícula. Al fin y al cabo, siente que no puede ser desleal a ninguna de las dos y que debe respetar a ambas. Por desgracia, esta actitud suele ponerle en el papel de mediador, lo cual invariablemente empeora la situación.

Y ahora es cuando te suelto la bomba… Pero, antes, te cuento el final de la “crisis del costillar”.

Aunque no parecía una crisis importante, lo cierto es que llevó a un punto crítico en su matrimonio. Dana había temido desde el principio aquella visita, porque tenía la impresión de que su suegra la trataba como si fuera una incompetente que no supiera llevar una casa. Dana, por su parte, siempre era amable (aunque un poco distante) con la mujer. En privado, sin embargo, se quejaba a su marido de que su madre era demasiado dominante. Él insistía en que eran imaginaciones o exageraciones de Dana, lo cual no hacía más que enfurecerla todavía más.

Ahora, Dana contuvo el aliento mientras su marido inspeccionaba el festín que había preparado su madre. Él carraspeó, puso el brazo sobre los hombros de su madre, y le dio las gracias por la magnifica cena. Pero insistió en que la guardase en la nevera para el día siguiente. Explicó a su madre que era importante para Dana y para él que sus padres vieran cómo preferían pasar una velada de sábado como pareja en su restaurante favorito.

Su madre se sintió ofendida, se puso llorosa e hizo una escena. Dejaron que el suegro se ocupase de ello, pero para su hijo valió realmente la pena ver a Dana tan feliz y triunfante. El mensaje de él hacia su madre había sido fuerte y claro: “Ella es mi mujer y tiene cierta prioridad. Acostúmbrate”. Fue entonces cuando la relación de Dana y su marido se afianzó.

La única forma de salir del dilema es que el hombre (o mujer) se posicionen al lado de su pareja.

Aunque puede parecer duro o desconcertante, tenemos que recordar que una de las tareas básicas de una relación de pareja es establecer un sentido de solidaridad entre los miembros. De modo que debe quedar claro ante la familia política que la pareja es la prioridad. No es una posición muy agradable, lo sé. La madre puede sentirse herida en sus sentimientos, pero es probable que se adapte a la idea de que familia de su hijo/a es lo más importante para él/ella, al igual que ella tuvo la oportunidad de formar su familia a su manera. Es de importancia crucial para la pareja que se sea firme en esto.

Y, por supuesto, no hablo de hacer nada que desagrade o deshonre a la familia, o que vaya en contra de sus propios valores. Pero como pareja debéis establecer vuestros propios rituales familiares, valores y estilo de vida, e insistir en que la familia lo respete.

Si sientes que tenéis problemas con las familias políticas, el breve cuestionario que te voy a facilitar puede ayudaros, puesto que permite determinar si vuestro sentido de solidaridad como pareja necesita fortalecerse en lo tocante a vuestras relaciones con las familias políticas. Debéis rellenar el cuestionario por separado.

Si sientes que tu pareja no está de tu lado en cualquiera de estas relaciones, o que existe algún problema con algún pariente en particular, marca el que corresponda:

• Madre
• Madrastra
• Padre
• Padrastro
• Hermano(s)
• Hermana(s)
• Otros miembros de la familia

Describe los éxitos que hayas tenido hasta ahora

Describe los conflictos que queden por resolver

Si sientes que no estás de lado de tu pareja en alguna de estas relaciones, o que o que existe algún problema con algún pariente en particular, marca el que corresponda:

• Madre
• Madrastra
• Padre
• Padrastro
• Hermano(s)
• Hermana(s)
• Otros miembros de la familia

Describe los éxitos que hayas tenido hasta ahora

Describe los conflictos que queden por resolver

Por último, leed juntos vuestras respectivas respuestas y hablad de lo que podéis hacer para aumentar el apoyo y la solidaridad entre vosotros. Intenta no ponerte a la defensiva si tu pareja percibe un problema y tú no. Recuerda que en una relación muchas cosas son cuestión de percepción. Si, por ejemplo, tu pareja cree que te alías a tu madre en contra de ella, es algo en lo que tenéis que trabajar juntos, incluso si tú no estás de acuerdo con su percepción de la situación.